domingo, 2 de noviembre de 2014

Después de tanto tiempo intentando recordar la cuenta del blog, mamá me salvó.

Después de meses y de hasta años de descuidos, vuelvo a necesitarte, vuelvo a llamarte y a decirte que nunca dejé de pensar en vos. Es necesario volver, nos hace bien.

Me llamo Iara Denise Centurión, tengo dieciocho años. Soy de géminis. Amo la política. Soy dramática. Amo el drama. Amo la lluvía. Amo leer. No sé nada de mi papá hace años. No pude despedirme de mi abuelo. Viajé a Europa. Traicioné lealtad de amigos. Traicioné a Javier. Mamá me dio la espalda. No tengo a donde vivir. Soy hija única.  Extraño a Evita, mi perra. Amo estudiar. Trabajo infelizmente.

Ésta soy yo... Bueno, vos ya lo sabías.  ¿Qué hay de nuevo? Si es eso lo que te preguntas, te lo voy a contar.

Sabés lo cambiante que soy, sabés que odio la idea de imaginarme triste pero realmente me encuentro triste y desilucionada.

Amo a mi vida. Como siempre te lo he dicho. Amo vivir en Capital Federal, Buenos Aires, Argentina.

Me encuentro en un momento en que mi vida, sufrió muchas transformaciones y en donde no sé para qué lado ir, que siento que estoy imposibilitada de muchas formas; con el tema de la vivienda, con el trabajo, con la facultad. Y pienso, y reflexiono y me doy cuenta que no es lo que esperaba para mi vida. Si bien es un momento transitorio, me siento muy sola. Muy poco apoyada.

Siento que no puedo caminar, que me tambaleo. Odio mi trabajo y a la vez, lo amo. Me molesta que me traten de tonta por ser chica, me molesta que me ignoren, me molesta que se aprovechen de mí, me molesta que se sientan bien después de las cosas que me dicen, me molesta no ver al sol, me molesta no tener tiempo para vivir por el trabajo. Me molesta usar zapatos todos los días, me molesta que nadie note mi sacrificio, me molesta que nadie note mis ganas de trabajar y de aprender.

Me molesta saber que mi mamá es la clase de mujer sumisa que se deja dominar por cualquier persona, me molesta que me haya dejado ir, me molesta que se haya metido con Javier, me molesta que no sea capaz de llamarme, me molesta que me haya sacado a Evita y creo que ésta última no se la perdonaré nunca.

Evita, como sabrás, es mi perrita. O eso era. Me estoy esforzando para cuidarla, nadie entiende mi amor por ella y por eso mismo creo que no podría estar mejor que en mis manos y bajo mi cariño. Me molesta que me traten de irresponsable cuando desde más joven demuestro intereses en querer mejorar y sobre todo, cuando estoy dejando todo día a día. Todos los días le rezo a Dios, esperando que algún día me la devuelva y ella pueda estar conmigo.

Me encanta el Derecho. Amo las leyes. Es una de las pocas cosas en la que estoy segura en mi vida. Amo el estudio, amo entender. Sueño. Me imagino cómo será el primer día que entre a esa Universidad y cuando yo sea parte de ella. Me dan ganas de llorar de felicidad, es una de las pocas cosas que realmente las conllevo conmigo desde chica.  El derecho lo es todo. No lo puedo explicar. Me apasiona. Realmente quiero que sea lo mío. Realmente me molesta la injusticia social, realmente me preparé toda mi vida para esto... Y es una bomba, entendé, en menos de un año todo me cambió. Hasta el pelo me cambió. No puedo explicarel cliché de sensaciones, emociones, pensamientos que surgen en mi mente. Entendé también, si no puedo manejar un orden coherente de las cosas. Es que... Necesito contartelo, solamente a vos, a mi fiel confidente.

No encuentro consuelo a mi dolor.

No tengo donde vivir. En menos de un mes me tengo que ir de la casa de mi tío y tengo ahorrada poca plata, por lo cual me preocupa saber a donde iré a parar. Me preocupa dejar la carrera. Me preocupa ser débil. Me preocupa la salud de mi mamá. La extraño. La necesito. Me preocupa Evita, creo que nadie mejor que yo podría cuidarla ni amarla. La necesito conmigo. La quiero conmigo. Es mi perrita. Haría cualquier cosa para recuperarla.

Me molesta sentirme una carga para todos los que me rodean. No puedo controlar mi enojo. No puedo controlar mi cansancio. No puedo estudiar tranquila. No puedo sentirme realmente plena.


Amo a Javier. Es realmente, todo lo que esperaba y claramente, muchísimo más. Él llegó una mañana con su sonrisa y su compañerismo. Lo amo, así, chico y despistado. Él es mi compañero. Él, él y él. No hay otro como él.



Quiero calmarme. Lo necesito. Quiero que me acompañes, quiero que canalices todo esta bomba que te tiré, y que te calmes por mí.

Todo va a salir bien.

Evita va a volver conmigo.


Te amo Miel-Sal. Nunca te olvidé, espero que vos tampoco a mí.

IDC.

Catarsis I