martes, 28 de diciembre de 2010

La felicidad del esfuerzo.

Me levanté a las siete de la mañana, y ordené mi cuarto un poco porque cada vez que viene mi novio está todo sucio y quería que estuviera limpio. Me cambié, desayuné y salí rumbo al colegio. Resulta que nadie en mi casa tenía monedas pero sin darme cuenta fui a la parada del bondi, busqué monedas y no encontré nada. Tuve que volver hasta el kiosco de la cuadra para comprar unos chicles y que me cambien monedas y después volver a la parada (para todo esto, al medio día mi mamá me pide prestada mi mochila, y tenía $4 en monedas, soy una desordenada que se olvida que tenia monedas), para todo esto cuando llegué al colegio, justo empezaba la mesa de examen. Me entregan la prueba, eran 6 ejercicios. Salgo, me quedé con Germán a que me dieran el resultado y ¿saben cuánto saqué? Queridos lectores, estoy muy feliz por mí. Tuve un exitoso 8, de seis ejercicios de seguro hice uno mal, pero al carajo, me saqué la previa de primer año que la rendí fácil cinco veces. después de tantas veces rendir el mismo examen me lo pude sacar y estoy en 3er año, sin previa y sin tener que rendir algo. Igual, esta vez no me preparé como las anteriores, fui con la mente firme y dije: “hoy me la sacó”, cuando Bruno dijo: “Denise, aprobado. 8”. Me di vuelta y abracé muy fuerte a mi novio. La verdad que una maravilla este día, valió la pena todo.

Ahora sí, soy un Dios, soy Buda. Más no pido.

Gracias Germán por tu aguante toda la mañana y por quedarte todo el día conmigo. Y al fin, logré todo lo que quería. Me puedo matar leyendo esos libros apilados en mi mesita y sin tener la preocupación que me tengo que preparar para rendir algo. Listo, c’ est fini.

Miren como terminé mi 2010, aunque extrañe a un par de personas y las necesites, no me doy el derecho de estar mal, tengo motivos por los cuales sonreír y estar feliz por haber logrado lo que tanto trabajo me costo.

Gracias.

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