Luego de un rato, me envolví en una sábana de color carmesí que olía a la noche anterior y su perfume importado inpegnada en ella, se metió debajo de las sábanas y acaricio mi cuerpo en unos segundos que saboree con dulzura y me besó de tal forma que jamás antes me habían besado, con ese amor y esa locura de una noche que no se acabará. ¿Realmente estoy enamorada? No puedo dejar de ver lo que tengo frente a mis ojos, su mirada me cautivó desde la primera vez que lo pude ver y sus manos se deslizaron por todo mi cuerpo marcando en mí su nombre y, siento que jamás podré dejar de amar a aquel muchacho. Todo se acabo al rato, salí de su casa agachando la cabeza sin poder mirar a su madre, abracé a su hermano menor que de hecho adoro, y me preguntó si me acompañaba hasta mi casa y respondí sin pensar un simple: 'no'. Me miró extrañado y tomé rumbo a mi casa. Yo sabía que su sangre estaba en mis venas y que ya no podía ser de otro hombre jamás y solamente de él sería mi corazón, y cómo decirle que lo amo de esta forma tan loca.
¿Estoy besando a la muerte o estoy respirando el último suspiro? No puedo describir este amor de mejor forma; no hay mejor amor que el que nunca fue. Por eso mismo sueño y vivo en este amor, sin pretender que esto ocurra. Respiro mi último suspiro.
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