miércoles, 26 de diciembre de 2012

antigüedad


No sé cómo explicarlo, no sé cómo explicar con las pocas palabras que contiene mi diccionario personal el dolor que me causó ver a mi mamá tirar cuadernos míos que escribo desde los nueve años; mis primeras palabras, con horrores ortográficos, mis primeras amistades, mis primeras: “me gusta tal chico y quiero casarme con él”, recuerdos detallados con horas, lugares, personas, situaciones. Absolutamente todo lo que escribí durante más de cinco años, que ya nunca lo voy a volver a ver.

El paso de mi caligrafía, de la manera en que dejé de dibujar un circulo en el punto de la “i”, y cuando antes solamente podía escribir en cursiva y en mis primeros intentos de imprenta (cosa que hoy en día, sigue siendo mala).

Aclaro que mi mamá no tiro mis cuadernos apropósito, sino que porque desde que compartimos cuarto no hay lugar para las cajas llenas de libros y cuadernos que ocupan demasiado espacio, por lo cual lo sacó al balcón y como todos sabemos las lluvías increíbles que tuvimos en los últimos dos meses. Cuestión, que se arruinaron todos, sus hojas, la tinta se corrió.
Me duele, no sé cómo explicar… Tiene flores algunos libros, y como no sabía escribir mi segundo nombre en algunos libros aparecía: “Deniss” en vez de Denise. Y corazones con flores, las portadas tenían frases que escuchaba desde más chica o frases que yo inventaba. De hecho, hay cuadernos que eran exclusivamente de historias que yo inventaba.
Le digo en una parte a mi mamá: -“estas tirando arte, no te das idea de cuánto va a valer esto el día de mañana”, ella me miró y me sonrió. Después me agregó: -“Vas a seguir escribiendo porque sos una chica sentimental, llena de emociones y cosas para contar. Vas a seguir escribiendo en tu cuaderno y seguir acumulando recuerdos, y eso sí va a valer oro en el futuro”. Creo que tiene razón, que  voy a seguir escribiendo pese a todo, pero me di cuenta que temo de olvidar fechas tan increíbles, por eso es que escribo todo con mucho cuidado y lo más entendible posible porque así cuando sea grande podré recordar todo con la misma pasión con la cual la escribí. No quiero olvidarme el día en que mentí sobre no haberme comido un chocolate, o esa carta que le escribí a mi mamá cuando estaba en primer año reconociéndole la mentira y pidiéndole perdón.

Calculo que es la crisis de entrar en la etapa final del secundario, darme cuenta que pasaron los años y que sigo siendo una nena. Y que claramente, no quiero dar el primer paso de mi vida. No quiero dar mi primer paso grande y fracasar, pero si hay algo que una persona me está enseñando es que, nunca te aferres a las personas y que realmente comprendas que estás solo en el camino por la vida y que a veces la compañía es ayuda, pero que con uno mismo tiene que bastar y si viene alguien para ir a tu lado, a la par, sería genial pero que no pienses que sí o sí vas a tener alguien siempre ahí.
Y me da a qué pensar, y sé que el día que entienda este razonamiento, ya no voy a sentir ningún tipo de inseguridad y muchas cosas por las cuales me hago problema hoy; las voy a ver como algo no tan trágico.

Y lo bueno de tener un blog hace un par de años, es que hay muchas cosas que no perdí del todo, que acá hay muchas cosas mías y lo bueno de que nadie entre acá y lea esto, es que realmente puedo tomarlo como algo persona e intimo. Y que podré entrar acá las veces que quiera, entender todo, ver todo y poder reírme o llorar.

De todas formas, sé que hay alguno que otro lector pero esta bueno sentir que es solo mío, así no tengo censura de sentimientos.
Buena vida, larga vida.
Feliz año nuevo.
Vivo porque vivir es pasión, estoy llena de pasión. 

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