viernes, 26 de julio de 2013

"El día que te duela Evita, te dolerá la patria y llorarás descamisado sobre el hombro angustiaste de Juan Pueblo. El día que te duela Evita te dolerán las llagas de los que nada tienen, más que sus propios sueños. El día que te duela Evita descubrirás el mundo, la rebeldía, y esa alegría de saberte joven para siempre, entero, de pie, victorioso en la victoria, digno en la derrota. El día que te duela Evita, caminarás con el pelo al viento, descalzo y libre, te tocarás la herida sobre el pecho, esa que duele hace siglos, y reirás tan loco como ella, sabiendo que te está mirando. No desde el cielo de los buenos muertos, ni desde el odio ni de la revancha, ni desde el olvido ni desde el destierro. Sólo el amor redime, decía Evita. Ella te mira desde los trenes cargados de obreros y desocupados, desde los maestros, desde las prostitutas y los oficinistas, desde los artistas y los poetas pobres. El día que te duela Evita, sabrás amar para siempre, para siempre, para siempre."

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