Acá. Sin poder lograr con eficiencia dormir. Hoy comienza mi
última semana de todo el secundario y como suele pasarme, mi corazón se exalta
más aún. Hago mención, por si aún no se
dieron cuenta de la nostalgia triste que abunda en mi ser aunque sin embargo,
suelo ser muy enamorada de la vida y no me tilden de chica de ojos llorosos
porque no es así la gran mayoría del tiempo.
Al contrario, suelo ser más dulce y precisa que triste y amargada, pero
como nombré anteriormente: “chica nostálgica”.
Estas últimas semanas he repetido muchas veces: “era ayer
cuando buscaba un secundario, y hoy estoy anotándome al cbc de Ciudad
Universitaria ¿Qué loco? El tiempo no me da chance” y sí che, era ante-ayer mi
examen de ingreso al Normal 1, era hoy ese primer día con pelo largo y
pantalones de colores y unos ojos muy mal pintados, era hoy a la mañana mi
primera salida a Plaza Francia por el día del amigo, era hoy al mediodía el día
que decidí irme del normal 1, era hoy a la tarde el día que perdí las elecciones,
y era hoy a la noche cuando me senté y descubrí que tan solo me quedan cinco
bellísimos días. Yo cuando iba a primer
año me despertaba tan temprano que el sol se asomaba abriendo sus ojos
chiquitos para saludarme y escuchaba Poker Face y pensaba: “! Qué triste van a
ser los días que yo no camine por estas cuadras!” y ese día ya tiene fecha, y
hora de caducidad. Y lo bueno de ser nostálgica es que me preparo tanto para la
tristeza, que ya le tomo amor y puedo recordar con mucho anhelo y felicidad.
Y estoy buscando en mi ser, buscando no sé qué. Estoy
esperando a que mi vida cambie, pero no de esas esperas que nunca suceden y se
pasa la vida pensando y esperando ese milagro que se resigne a aparecer para
calmar la sed de que algo cambie. Hablo de otra espera, la del subirme al avión que va
a cambiar mi vida y de la persona que se va a ir para nunca volver (metafóricamente,
si voy a volver) pero comienza otra persona y no es por mero capricho mío, es
porque sé que uno cambia y pierde hábitos, costumbres, inclusive mi léxico está
cambiando. Me está llegando la vida.
Nunca pensé mi vida, y tampoco la pienso ahora. No me
esperaba un viaje a Europa, no me esperaba vivir en un lindo depto. De Almagro,
no me imaginaba anotándome en Ciudad Universitaria para Abogacía. No me imagino
una vida lejos de mi tío. Sin mamá. Sin mi ser interior descamisado. No podría
cambiar esas cosas, no en este momento actual de mi vida. Pero hay otras que ya
no las necesito, el drama agonizador, la locura y la pasión de un cuerpo caliente.
¡Fuera, fuerísimo!.
¿Creen qué las pasiones cambian?
Estoy sintiéndome más descamisada que nunca antes en mi
vida, nunca amé tanto a una causa. Nunca sacrifiqué tantas cosas por sumarme a
una lucha nacional y popular que logra cambiar el rumbo de un país. No puedo
creer lo que estoy haciendo (me pone muy feliz) saber que mañana me recordaré
como una grande persona de convicciones, de esas que ama las revoluciones y
siente el olor a primavera en las elecciones. Creo que nunca dejaré de amar esta
causa, de creer en que las cosas pueden cambiar, en las transformaciones que
siento, en la sonrisa de un chico yendo al colegio, en los abrazos de la gente.
Espero no perder esta pasión, nunca.
Te das cuenta… De las pocas posibilidades que tenes de venir
al mundo, en la persona que hoy sos. De haber nacido en el lugar que te ubicas,
con tus sonrisas y tus familiares. Con esos sueños, que nadie y ni nada te los
saca. Había todo otro mundo esperándote allá afuera, y ahora lo podés ver; ya
tiene forma, lo podés tocar y oler su aroma. Y ahora estás sentando leyéndome
hablarte desde el corazón y podés evitar sentirte culpable, porque no me has
hecho el mal que realmente crees que hiciste. Porque me dejaste más de lo que
te llevaste, y no me pediste absolutamente nada cuando lo necesitabas todo. Y
es por eso, que sonrías por mí, porque te estoy amando. Porque no es mera
casualidad que leas esto en este momento peculiar de tu vida, porque necesito
verte feliz.
Porque como me pasa a mí, de darse cuenta que el tiempo
siempre va a ser poco, que la distancia siempre va a ser larga y que los
momentos siempre serán eternos, te va a pasar a ti. Porque veniste acá para amar y ser feliz,
como yo. Porque la vida es preciosa aunque atravieses un mal momento y no te podes dar idea de la cuantificación de
orgullo que le causa a alguien que estés viviendo porque tu naturaleza es vida.
Y con esas palabras sueltas, que sentí decirtelas. Me
despido. Me despido de vos, miel-sal. Y que es momento de que nos digamos un
adiós, por lo menos, por un tiempo. En vos, veo reflejado lo peor de lo mejor de
mis últimos años. Y es por eso, que tu corazón necesita un descanso de
catarsis. Y es por eso, que te dejo ser feliz.
Abrazos.
IDC.
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