¿Y qué son las ilusiones? ¿Quién me dice qué lo que uno siente es una ilusión? ¿Puedo fingir que todo esta mal y quizás, es una ilusión, yo estaría entonces, disfrutando un viento cálido del Mississipi?. Volviendo a nuestro relato, Carla no se daba por vencida pero un día volvía de sus clases particulares de literatura y lo vio al amor de su vida entre brazos de otra mujer, pechugona y más alta que ella, con ojos rasgados y con labios carnales. Sintió que no tenia que luchar, sintió el vació que ella pensaba que habitaba en todos los humanos que no amaban, pensó que si se iba estaría mejor y pensó, pensó... Y decidió irse, fuera, conocer una ciudad. Gente, carros, caballos, mercados, instituciones privadas y quizás alguno que otro buen mozo que se anime a invitarla a salir a un baile elegante y sentirse por una noche una reina. Pero lo real, fuera de la ilusión era que se iba de su pueblo con una mano adelante y la otra atrás, renunciando todo lo que había sentido y creído realidad alguna vez.
Esa Carla ya murió y no volverá.
A la semana un carro con dos oficiales se acercaron a la casa de Carla fuera de la ciudad para darle la noticia de que apareció ahorcada en una pensión, al enterarse Manuel sonrió y se fue, nunca mas nadie volvió a saber de el.
A vos, querido Marcos ¿Qué te anda pasando? ¿Qué sentís? ¿Me observas? ¿Me escuchas? Yo sé que no estás, pero miento si digo que realmente no estás, porque más allá de una ilusión, yo sé lo que mi corazón siente y siente capaz de creer. Buscaré cada rincón y voy a encontrar la respuesta porque muchos preguntan pero temen a lo real, saben que la ilusión los hace feliz y mediocres. Yo no quiero vivir con falsedad, yo sé que vos Marcos te ocultas y sé que vas a aparecer para hacerme retomar la ilusión. Y vos Marcos, como estarás...
Saludos.
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