lunes, 26 de septiembre de 2011

Por supuesto, casi lo olvidaba...

Gracias a una insistente, Marcos hoy me habló por primera vez y su voz era hermosa y suave como el amor de una nena de quince años que nunca salió de su mundo. Le conté de mis intereses y me molesto saber que la charla se basaba en mí y no en él, o mejor aún, en nosotros. Me hizo feliz en ese momento y lo amé en cada parte de su ser hasta aquellas razones que nos coincidían y toqué su pelo oscuro... De hecho, fue lo más cerca que estuve de tocarlo.

Cuando me saludó... Bueno, me hizo bien. Se sentó a mi lado y le conté el chiste más boludo que se me ocurrió: '¿Qué es un negro con un cinto en el medio? !¿Qué?! !Una Oreo!' un fiasco total lo mío, pero dicen que uno dice boludeces cuando está cerca de la persona que siente que quiere. No lo conozco y tampoco se dejó conocer, pero ya saben, los hombres (e inclusive las chicas) somos así; de hacernos rogar y conocer lo mejor de a poco. Pero si quiere ir lento, lo respeto. Pero yo prefiero decir las cosas de frente y de una, como le conté mis amores y mis intereses... Bueno, Marcos es hermoso.
Marcos, diciéndome que eras del mismo equipo de fútbol que yo me dio una cierta tranquilidad y me hizo feliz aunque parezca tonto pero amo a mi equipo y de a poco voy amando el tono de verano sobre tu piel blanca pálida y de la forma en la cual se mueven sus pelos largos entre el viento seco con olor a alguien, o a nadie.

Tus ojos, si es que no he visto ojos tan hermosos y tan claros. Parecían un fuego ¿O vos sos un fuego? Me gusta tu mirada, es tan hermosa; pero tus ojos, se llevan el premio. Tu boca tan chica para las medidas de tu cuerpo y tus labios paspado de tanta sequía, quizás yo te podría ayudar en eso. Tu sonrisa; cuando te reías tus dientes se mostraban como perlas reluciente, !pero qué hermosa sonrisa tenés, Marcos!

Pero tan sólo fue una charla.
!Ay, ay, ay Marcos!...

No hay comentarios:

Publicar un comentario