[Había una vez una chica en un país muy, muy, muy, muy, muy lejano que era muy, muy, bonita y tenia una personalidad única y mucha gente la quería, y a otra tanta gente le caía al y entre esa gente que le caía mal, había una bruja que era muy malvada y le tenia mucho rencor, mucha envidia y le hizo un hechizo
Que era el no poder volver a dormir y funcionó, la chica empezó a vivir tensionada, a estresarse, a angustiarse por todo, porque su vida se había complicado y paso un tiempo así, muy difícil para ella hasta que de casualidad, conoció a un chico que, sin darse cuenta al principio, le gusto mucho éste chico, por esas casualidades de la vida, comenzó a acercarse a ella. Y le hablaba, y la chica se calmaba, la chica notaba como las palabras que brotaban de la boca del chico le hacían descansar el alma, le daban paz y ese mismo día, el chico la acaricio, y la chica se sintió muy bien, pudo sentir cosas que hacia mucho no sentía. Sentía libertad en sus sentimientos, puesto que antes estaban encadenados por la preocupación. Pero este chico había roto el hechizo con una magia distinta, una magia benevolente, apaciguadora y la chica se dio cuenta que amaba la forma en que el chico la calmaba la mecía en un manto de paz y tolerancia, de tranquilidad. Cuando el chico la beso, cuando ambos se besaron, la chica se sintió feliz sonrió por primera vez en meses y la chica se sintió cansada, muy cansada pero no quería dejar de verlo, de estar con él pero el chico igualmente la llevo a la cama, y le dijo: "voy a estar acá cuando despiertes" y la chica, sin quererlo, se durmió, soñó con él y su magia que al despertar, volverían a estar ahí.]
Fin.
Autor: Anónimo.
Gracias poeta,
cada cuento que me haces
me logra sacar una sonrisa.
Vos sabés todo.
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