viernes, 27 de agosto de 2010

- no me diste nombre.

Se fue aquella personita misteriosa, salió de la puerta de aquel bar que parecía un aquelarre, no tenía apuro pero le urgía irse de ahí a ella (o eso parecía). Sus ojos grises se tornaron muy apaciguados y cuando menos se dio cuenta, no había a quien recurrir, la puerta estaba cerrada y no sabia el nombre de la desconocida. Al lado de él, situaba una silla con la goma espuma salida, el asiento rajado y atrás un piano que parecía no haberse hecho música en él por años, y un cantinero oriental (o con aires) que miraba desconfiando todo el lugar. La barra estaba vacía, salvo que en una de las puntas había un señor gordo, calvo y totalmente desagradable a simple vista. Los tragos de ahí, tenían un gusto tan único, tan naturales y exóticos que parecían haberse sacados del mismo infierno bajo receta y hecho tan delicadamente y adictivo para que la gente no deje de consumir. Miro a sus lados, el hombre gordo de la punta lo miro de reojo y frunció el seño. Y la puerta se volvió abrir, era la chica de los ojos más grises que él jamás hubiera podido ver con su pelo negro tan corto que le resultaba tan atractivo, con ese saco que parecía ser de su abuela y tan desarreglada pero tan especial a simple vista. Paso por al lado de él, como si nada. Jamás parecía que se había hablando o visto, lo ignoro completamente. Le llamó la atención que aquella muchacha que se reía junto a él actuara de tal forma, ella siguió a paso ciego caminando hacia atrás del piano, de lo cual había una especie de puerta chica cubierta con una tela larga negra. Se levantó de esa barra y la siguió, pasó por la tela negra y de pronto, se le cegó la vista, la imagen, la visión, el olfato, quedó completamente inmóvil. Era un túnel demasiado angosto que solamente personas de no más de cien centímetros podían caber en él, y apenas se veía. Parecía que a lo lejos había una luz y por los costados musgos, y puertas tan chicas que apenas un bebé pasaría, puertas por todos lados, y el piso estaba algo húmedo igual que las paredes. Dio media vuelta esperando que aquella tela larga y negra estuviera ahí para que regrese con el gordo calvo y el oriental desconfiado pero había una especie de mural, con olor a sucio y semi húmedo. Sintió un olor, le volvió el olfato. Ese olor rarísimo a putrefacto, rancio se le hacía conocido, él ya lo había olido, lo había sentido pero ¿de dónde? Ahí fue cuando escucho una voz demasiado baja decirle;

- ¿qué hacés acá?

Empezó a intentar tocar alguna superficie o plataforma para sentir guiado con los cerrados por el miedo.

- ¿nunca te dijeron que no debes seguir a las personas a sus lugares?

Le dijo ella por lo bajo, intentando callarlo. Pero él, le gritó.

- ¡¿dónde estoy?!

- Mejor dicho ¿dónde no estás?

Le dijo riendo por lo bajo, casi tan disimulado que parecía modestia.

- ¿cómo te llamas?

Y esa pregunta, quedó colgada en la nada de nuevo, sintió frío y ese olor ya no estaba más. Estaba en un estado que ni él sabía distinguir. Se acercó a un costado, puso su oído sobre el musgo y escucho un par de gritos de dolor, golpeaba pero parecía estar pintada esa puerta porque no tenía forma de abrirse. Sintió un cosquilleo raro en el oído apoyado a la puerta, tenía un gusano entrando en ella. Se hecho para atrás, de nuevo, intentó buscar la puerta pero no hubo caso, era una pared más fría y con más musgo aún. Empezó a temblar del frío porque cada vez, disminuía la temperatura y su miedo aumentaba en masa. Se acercó a su lado derecho y escuchó más gritos desesperados y de tortura, espero hasta poder cobrar noción de todo lo que pasaba en aquel lugar. Unos minutos después, empezó a correr a través de la pequeña luz que veía y no parecía tan lejos, eran unos metros pero mientras que él avanzaba la luz se extendía más pero los gritos ya eran insoportables, se detuvo por un instante, sintió mareos y le lloraban los ojos. Empezó a sentir síntomas raros que jamás sintió antes en su vida pero él siguió corriendo pero el túnel cada vez era más chica que apenas entraba él y apenas podía respirar. Había un cristal, pero grueso al final del túnel. Él apenas entraba la mitad de su cuerpo en esa parte, empezó a toser sin cesar y lo que veía no entendía. Por ese cristal tan diminuto cabía ver a un cantinero oriental (o con rasgos orientales) con los mejores tragos que jamás se podrían haber inventado, en la punta de la derecha un gordo viejo, calvo que parecía peleado con todos y por la puerta de aquel bar, entraba una chica con unos ojos muy grises y con pelo tan corto que seducía a cualquier hombre, parecía que vestía con trapos de su abuela pero era totalmente irresistible. La joven, se acercó a la barra y preguntó algo que no llego a entender. Se quedó sin aire el hombre y se desmayó ahí.

Cuando despertó, estaba en un cuarto pintado de musgo en una cama atado los pies y las manos a cada punta de la cama, con un pedazo de tela en la boca para no hablar. Sentía dolor en las piernas, y tocía mucho. De pronto, se abrió la puerta. Entró un oriental con un delantal blanco manchado con un poco de sangre y junto a él, llevaba en la mano un cuchillo carnicero, de esos que se usan para degollar animales y éste empezó a moverse intentando escapar, quiso gritar pero no pudo. El oriental hizo una risa de burla y cerró la puerta, le sacó la media del piel derecho y se sentó a su lado, agarro su dedo gordo y se lo cortó de un movimiento y a éste le empezaron a salir lagrimas de los ojos y se escuchaban una especie de gritos cesantes provenientes de su boca amordazada y desmayó de la impresión.

Luego, al despertarse, apareció la mujer con los ojos más grises que él jamás no hubiera visto con la misma vestimenta y le dijo:

- ¿sabés que le pasan a los hombres que siguen a una mujer que jamás antes vio en su vida?

Él la miraba extrañadamente y con miedo. Ella se acercó sonriendo, se sentó en el mismo lugar que el oriental que le apuntó un dedo del pie y le sonrió tan dulcemente que parecía embobarlo más, le miró el pie y con la cabeza acento un “no” y le dijo:

- ¿querés saber qué te pasó? ¿querés saberlo?

Con las lágrimas en los ojos, con la cabeza hizo un gesto de sí. Ella se levantó y se condujo hacía él y de sus bolsillos sacó un espejo chico y le preguntó:

-¿seguro?

Él siguió diciendo que sí. Le acercó el espejo y su cara estaba deformada, con un color a musgo. Rastros inhumanos, tenía un olor moribundo e insoportable. Su cuerpo estaba deformado hasta la cintura y su cuerpo de a poco dejaba de sentirlo. Empezó a llorar y decía con la cabeza que “no”, e intentaba gritar pero no podía. Ella concluyó:

- Y esta, soy yo.

Se sacó ese saco de vieja de encima, y tenía la misma deformidad en el cuerpo. Ese olor feo, ese cuerpo todo deformado y arruinado. Ella sonrió. Se acercó a él, le tocó la frente queriendo besarla y él intentaba alejarse, se acercó a su oreja y le susurró:

- y ahora, toda la vida vas a ser así por seguirme. Y ahora toda la vida, vas a sufrir. Y ahora, toda la vida vas a arder. Vamos a estar juntos toda la eternidad.



I. D. C

un beso, una flor y un adiós.


Feliz cumpleaños princesa, te extraño demasiado.

Sos una verdadera amiga, gracias por todo.

Felices 15 años señorita!.

Te amo Maria Eugenia Gaviria Inga

jueves, 26 de agosto de 2010

Iara; Sonia ¿puedo decir algo especial?

Sonia; sí, dale.

(Iara se para en el centro del aula y mira a sus amigas, se para firme y cierra los ojos)

Iara; Chicas, pónganse de pie. Cierren los ojos y díganme ¿a qué le temen?

Chicas; a la obesidad

Chicas; a repetir.

Chicas; a lastimarme.

Iara; ¿qué quieren? Grítenlos.

Chicas; ser actriz.

Chicas; ser feliz.

Chicas; ser grande.

Iara; listo, terminé profesora.

PÁNICO !

Me convertí en la noche para cubrir mis miedos y

poder descansar tranquila.

Me miraste, me saludaste y seguiste

caminando en la calle, te miré y seguiste.

Miro al piso, y empiezo a correrte pero

ya no estás ahí.

De vez en cuando recurro a las fotos guardadas con polvo,

observo que no figuras más.

Llueve, abrí el balcón y veo a la luna un poco.

Siento frío y de nuevo, tengo que ser la noche para cubrir mis

miedos y poder descansar tranquila.

Me miraste, seguiste caminando.

Te corrí pero ya no estabas ahí.

La noche me alcanzará, la noche seré yo.

viernes, 20 de agosto de 2010

En un living con muebles antiguos y extensos, en un sillón de terciopelo estaba una dama sentada ahí y sin levantar la cabeza me dijo:

- el calendario pasó, empecé con un diciembre devastador, con un enero depresivo, con un febrero pensando que volvería a poder mirarla, un marzo ansiando tener una respuesta a mis problemas, un abril soñando con los ojos abiertos, un mayo intentando mentirme, un junio desesperante, un julio apago y un agosto que rasguño las puertas de las habitaciones ¿por qué?.

La miré tan extrañado, esa dama parecía arrepentirse de algo y evidentemente había pasado el tiempo pero no conseguí nada para superarlo. Y se secó las lágrimas con un vestido tan grande y tan ajustado que de seguro no la dejaba respirar y me dijo:

- hubo una vez en la cual fui feliz de mis actos y tenían remedios, pero lo que hice esta vez va más allá de todo esto.

- ¿de qué estás hablando mujer?

- ¿te importa el que dirán?

- Claro que no, en algún momento de mi vida era demasiado pendiente de los demás que de pronto, mi vida dejó de ser una vida. Y tuve que frenar eso y seguir a pesar de todo.

- SOS un hombre valiente.

- ¿por qué hermosura lloras?

- Ella está tan linda.

Y escondió su cara entre su vestido y siguió su luto que se volvía insoportable.

- ella está tan linda.

- ¿quién?

- mi princesa.

-¿quién? ¿Quién es tu princesa?

Luego de sentarme a su lado y calmarla, ella empezó a vomitar todo lo que tenía tan guardado como si fuera un secreto del cual dependía su vida. Se secó las lágrimas y me dijo “ya no soy una doncella sana”, se sentó firme y dejo caer su pelo largo y lacio sobre sus cadenas de reina, me miro muy fijamente a mis dos ojos y sentí que ella se metía en mí y en mi ser. Tenía un pelo demasiado negro, y unos ojos tan claros que se trastornaba gris y me susurro…

- yo sé que no sos nadie que yo conozca o haya conocido en algún pasado, yo sé que quizás no te importa saber que me pasa y menos lo que siento, pero como tal motivo sé que no podrás decirle nada a nadie que me afecte pero tengo que contar esto, hace meses que me lo guardo y siento que no, no…,

Y empezó a llorar de nuevo.

-quédate tranquila, ¿qué pasa?

- hace unos meses, yo salía de dar una clase en el auditorio de Santa Fé y Bolivar. Eran la una de la mañana, y era la madrugada del sábado veinte y cinco de un enero cualquiera. Había pocas personas en la calle, supuse que era porque los chicos salían a bailar y los grandes se iban a descansar. Caminé unas diez cuadras porque mi departamento quedaba cerca y de pronto veo a dos hombres venir y…,

Se largó a llorar nuevamente.

- ¿qué pasó?

- Abusaron de mí, aborté a la nena. Tenía la cara de unos de mis abusadores, la piel a él, sus ojos, me dio tanta bronca que decidí matarla antes de tenerle un despecho y decirle que a su madre la violaron y que no es hija del amor.

-

Quedé pasmado a esas palabras, qué debía de decirle una completa desconocida se revelaba ante mí y nunca antes yo había tratado cosas semejantes y desconsolada empezó a llorar.

- no es tu culpa. No lo es, claro que no.

- ¿ah no? ¿Quién la culpable de matar a una nena?

En lo que decía, tenía razón pero en cierta forma, me puse en su piel. La escuché como seguía la historia y que casi muere al hacerse el aborto y que de por vida, ella no puede ser madre de nuevo.

Lo primero que le pregunté después de está charla y que ella lograra calmarse.

- ¿lo hablaste con alguien?

- No, sos el primero.

- ¿policía?

- No.

- Mujer, ¿por qué soportas esto?

- No lo sé, no quiero ir presa por matar a mi hija.

- Pero no es tu culpa

- Sí que lo es. Gracias por escucharme, me tengo que ir.

(Sueño que tuve esta mañana, supuestamente yo era ambas personas. Me levanté muy asustada al soñar esto porque si te pones a pensar si lo aborta al bebé no puede saber si se parece al chico que la violo, porque el bebé no llegó a nacer. En fin, me tengo que ir a la cama porque estoy con angina).

jueves, 19 de agosto de 2010

Hoy saliendo del hospital con mi mamá, vi un libro que me llamó la atención y le dije a mi mamá que se detenga, que quería leer algo. Bueno, me fije un libro del Che. Después cuando salimos de nuevo del hospital (porque tenía turno más tarde y tenía que irme a casa y volver) me dijo mi madre que podíamos entrar, entonces, pregunté por su precio y un señor mayor de edad me dijo setenta pesos. No soy una aficionada a la lectura pero me gusta demasiado leer cosas así de revolución, política y de izquierda. Al salir de ahí mi mamá me dijo; “pronto te lo voy a regalar”. Qué dulce. Pero, no, deja, tengo más libros y más lindos para leer.

Hablando del hospital, estoy con angina así que a quedarme en cama escuchando música y leyendo.

Y quiero recordar el 17 de agosto de 1850, en Francia. Para ser más exacta, en Boulogne- Sur – Mer, en aquel lugar que hoy es un museo a su honor. Descanse en paz San Martín.

lunes, 16 de agosto de 2010

Una de las cosas que quería remarcar en estos días que me ausente y que me dedique a boludiar sin parar. Resulta que todos tenemos tantos problemas y a casi nadie le importa, “se me murió el perro, lo tengo desde que nací”.

- ¡uh! Bueno, ¿había tarea?.

Sí, flor de cortante y egoísta.

Más tarde ese día;

- se cayó mi mamá de las escaleras y está internada.

- ¿Ah sí? ¿Te ayudo en algo?

Típico pelotúdo/a que se preocupa por los otros, mientras que los otros les chupa tres coños el

bien estar de los demás.

Y creo que así funciona, igual no creo que todos sean así. Supongo que hay gente que se interesa por los demás o finge eso y da aliento. Pero hay gente que es tan hipócrita que no sabe otra cosa que vivir y vivir de los demás.



Otra cosa más;

El jueves cumplió Gustavo Cerati años, siempre será un gran músico o según algunas personas, un cheto de la música. Pero la trayectoria que el flaco tiene, nadie la iguala.

¿y quién no cantó …

Ella durmió al calor de las masas y yo desperté queriendo soñarla, algún

tiempo atrás
pensé en escribirle pero nunca sorteé las trampas del amor
De aquel amor de música ligera nada nos libra, nada mas queda. No le enviaré cenizas de rosas ni pienso evitar un roce secreto…”

Es corta, ¿quién no lo conoce y a quién no le gusto un tema de él?.

Feliz cumpleaños groso, ojalá que te mejores. No queremos los argentinos quedarnos sin buena música de la cual ya no hay casi.

Viernes;

Con mi poco conocimiento de la derecha y de la izquierda, y con los dos libros que leí del Che Guevara, descubrí que me gusta la idea de la “revolución”, me considero comunista. Cumplió un groso para mí, Fidel Castro. Cumplió ochenta y cuatro años aquel comunista revolucionario que en los años cincuenta y tres consiguió sacar aquel dictador llamado Batista. Muchas personas lo critican y desean lo peor para él, pero para mí, como todo ser humano pienso que se hará equivocado pero él lucho por su patria. Hay que tener huevos para soportar tanta mierda y toda una nación de primer mundo en contra de él y de sus ideales, y a todo el mundo criticando y dando a que hablar. Para mí, él es un grande de la historia de la revolución. Y aunque muchos dicen que es un dictador y que debería estar muerto, les pido a esas personas que lean libros y que se informe de la situación de Cuba que ese país estaría muchísimo peor en manos de cualquier otra persona, él lo mínimo que merece es un respeto por todo lo que luchó.

Ojalá vos también te mejores.

Creo que nadie más cumplió años.

Iara Denise

Centurión.

viernes, 13 de agosto de 2010

no te das la idea de lo que extraño verte sonreírme, mirarte a la cara sin miedo. Te extraño demasiado.

jueves, 12 de agosto de 2010

Si no vivís, te viven

(así funciona todo esto).





Hay que sacarle frutos a mis defectos, está más que bueno estar loca y algo tocadita del coco.

martes, 10 de agosto de 2010

Hoy subiendo las escaleras del colegio, del segundo piso cerca de la sala de maestros escuché a un profesor decir…

- “siempre expongo a mis alumnos a más. Les exijo, les imploro que intenté llegar lo más alto posible, que pasen el secundario pero no solamente eso. Cuando trabajé en la universidad, les decía a los chicos que estiren sus brazos hasta que sepan hasta donde pueden llegar o son capaces”.

Y alguien respondió;

- tenés razón, pero no creo que sea la solución para que estudien más.

- yo no dije que es solución. Yo sé que ellos ahora se quejan y no me quieren, me insultan y no piensan que les estoy inculcando cosas que les servirá toda su vida. Son jóvenes, no lo saben o quizás sí, pero son pocos los chicos que admiran eso de nosotros. El día que yo me jubile quiero estar conforme que yo les enseñé todo lo que supe y que ellos me enseñaron a tomar el papel de profesora. Después de todos, alguno de ellos que quizás ahora es un mediocre el día de mañana es más que eso.

- Claro.

Escuché esa conversación y me llamó la atención de por qué nos exigen más y más, pero tiene razón, el día de mañana se lo agradeceré.

Si dios existe, te ha hecho para ser feliz no para que llores por los rincones.

Amiga, todo estará bien. No llores más, me partís el corazón.

Yo con vos siempre estaré.

R. T. N fuerzas.

sábado, 7 de agosto de 2010

Soleil

No te quiero decir lo intenté, te quiero decir lo hice.

No te quiero decir no, cuando la verdad me muero por decirte que sí.

No quiero olvidarte, no quiero extrañarte. No quiero llorarte, no quiero esperarte.

No quiero ilusionarme, no quiero enamorarme.

No quiero lastimarme, pero quiero tenerte.

-

No queres un libro, queres una canción. La canción más bella que jamás se haya podido inventar, de esas canciones que salen de la caneca de la memoria

Y salen a dar sus frutos, de aquellos recuerdos que aprecias y no dejas ir,

De esas risas de par en par, de las caricias abandonadas y

De la falta de calor en tu piel.

Queres la canción más bella, más sincera que jamás se haya inventado,

De aquellas que al escuchar no podes evitar llorar. Queres beber de mí,

Queres más y más. Entre mis hojas te vuelvo a encontrar,

Encontré el camino que me conduce hacia vos y la destrucción, sos tan frágil y

Tan hermosa. Naces en verano y morís en invierno,

Me dejas medio año esperándote.

Me dejas con la nomeolvides en la mano y te vas.

-Tómame la mano.

Le susurro al oído. Ella tan crédula al tacto de las manos y tan débil a las palabras que brotaban de la boca de aquel muchacho.

-¿qué pasa si digo que no? ¿qué harás?

Frunció el seño y levantó la voz.

- me voy y no me volverás a ver jamás.

Ella suspiró y sonrió, concluyó;

-hace un tiempo atrás, estas palabras me hubieran destrozado, estaría ya mismo tirándome de las escaleras para perder la vida mía. En estos momentos, no necesito a una persona mediocre a mi lado. Me harías un favor al irte.

Sonrió por lo bajo, agarró su bolso y su saco, salió de esa habitación para no regresar, para no volver.

Venía de comprar facturas, estaba vestida como un chico con un pantalón cagado, con una camisa grande de hombre, un gorro negro que uso yo y me sostenía todo el pelo, en pocas palabras parecía un hombre en pinta. La gente me miraba muy raro y una de esas escucho un;

- disculpame, vos que estás en esa onda de los piercings y los tatuajes ¿sabés dónde hay una casa de tatuaje?

Muy fachero al hablarme así, y tenía un carrito porque estamos en la zona de Once, o sea, es villero (lo digo esto aproposito) y me puse colorada e indirectamente lo mandé a volar y le dije;

- sí, acá a dos cuadras.

- ¿por esta calle?

- Sí.

Seguí de largo, pero no terminé mi oración. Le quise decir que tenía la Bond en Santa Fé o por esa calle hasta Tucuman, pero seguí de largo. Igual él muy simpático a preguntarme así de la nada eso y decirme eso eh.

Desde que rendí la previa, cuando me levanté de dormir empecé a tener dolor de cabeza y ahora siento aun mareos (ya pasaron tres días), no voy al colegio y mi vieja me obliga a comer comida de enfermos y hace tres días, no como un alfajor miserable. Son las siete y media de la mañana del sábado, y estoy esperando que amanezca para ir a comprar algún dulce (soy una gila, lo sé). Pero desde que mi vieja me cuida, no vomité más pero el dolor de cabeza y los dolores de panza están presente aun. Ella me cocina pescado, pollo y puré de calabaza estos tres que nombre es lo único que he comido por estos días y lo peor, es que me ausento en el colegio. Lo peor, es que nunca me gustaron los yogurt y mi madre me compra los sanos y yo solamente como lo des chocolate con algo más, me tortura esta situación. Lo peor, es que me dice mi mamá; “a partir de ahora te voy a empezar a cuidar” si me lo decís así te voy a decir no me cuides un carajo. La amo y valoro su interes en ayudarme pero yo vivo de la comida chatarra, no la puedo dejar y tampoco pienso. Quiero comer un alfajor, unas papas fritas y tomarme por día tres o cuatro vasos de chocolatada, comer todas las galletitas dulces, y engordar (¿quién me entiende no?) mi meta de bajar de peso, va por otra rama (chamuyo). Pero, necesito curarme así voy a joder a medio mundo en el colegio y estudio, y puedo volver a lo mismo de siempre.

Y sé que me extrañan en el colegio (H)

viernes, 6 de agosto de 2010

Descubrí que los besos en la oreja

te vuelven loco,

que mis uñas en tu panza

te dan sensaciones

y que sos

el más lindo conmigo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Una vez quise subirme a un árbol, como soy enana evidentemente me parecía demasiado alto y decía que si llevaba arriba de todo el mundo era mío. Un día intentando, pensé que podía volar y estuve a punto de tirarme del techo de la casa de mi abuela porque abajo estaba el susodicho árbol. Era primavera y había una brisa fresca y dejaba mi piel muy suave y sentí calma, me dije a mi misma que por alguna razón, por algún motivo si yo hacía eso, si yo me tiraba estaba mal. Años después me enteré, que la gravedad va contra mis principios y que si lo hacía, me lastimaba. Lo que más quería me iba a lastimar. Y allá sigue ese árbol que casi me lleva a la destrucción propia (igual muchas veces estuve al borde de la locura). Un día, bah, unos días después de esta locura que tenía pensado hacer intenté trepar el árbol (sí, era muy tonta) y me caí unos centímetros y no te das idea del escándalo que hice, y me di cuenta que aunque yo escalara aquel árbol, no iba a escalar el mundo (igual esta bien, según yo, que fomenten a los nenes con pensar en grande como lo hago yo) pero, lloré demasiado y le tuve rencor al árbol y varias veces con bronca lo patié y conseguí más dolor (aprendí que vengarme no es solución pero sigo siendo hueca).

¿Y quién iba a pensar que la idea de trepar un árbol me haría en cierta forma, abrir los ojos?

Perdón árbol.

vos te partís sólo Logan.

¿Te querés casar conmigo?
dí que sí :B






!Dios! Sos perfecto.


Cantás hermoso y tu sonrisa es la más preciosa de todas.


Logan ♥

martes, 3 de agosto de 2010

Ojala pudiera decir “jajaja listo, fue”. Todo lo contrario, en diciembre voy a rendir matemática por tercera vez.

La hago cortar, acabo de llegar de rendir matemática y me duele la cabeza, ando con mareos. Desaprobé.

Me levantó él con el re buen humor de las mañanas tiernas de amor y abrazos, desayunamos juntos y todo re lindo. Me acompañó al colegio y me despidió, muy tiernamente. Entré con mi sonrisa de felicidad, y apenas llegó empezó el caos para mí, creo que ya sé cuales son los temas principales de la prueba. Tuve distracción, y varios amigos que se quedaron conmigo y me abrazaron tan fuertemente que me hicieron bien. Un garrón. Me comí un tres más grande que mi cara, hice todos los ejercicios y poco importó, la prueba consistía en seis partes. Me levanté alegre pensando que en la segunda vez podría aprobar y lo peor, no resistí y lloré. Digo, me sentí decepcionada de mí misma, estuve demasiado segura que podía y lo sigo estando de que voy a poder aprobarla en diciembre porque aunque yo este en capricho y triste, no me voy a dejar estar. La profesora me abrazó y me dijo: “te quiero, te falta un poco más”. Estoy molesta, no me dejó usar la calculadora y algunas personas no sé por cual motivo pudieron seguir completando después y yo tenía ganas de haber tenido esa segunda oportunidad, okay. Ya fue Iara, cálmate.

En diciembre, la tengo que aprobar. La tengo que aprobar, espero hacerlo. Mientras tanto, intento levantar geografía (qué dolor de cabeza). Todo estará bien Iara, no te ahogues en su mar. Te la vas a sacar, te la vas a sacar, Te la vas a sacar, te la vas a sacar, Te la vas a sacar, te la vas a sacar.

En diciembre, sos polenta matemática de 1º5ª. (“jajaja” risa de llantos).

Mientras tanto un poco de amor francés, tres lágrimas, un amigo, un amor y mil millones de Iaras (tips de Iara).

[Estoy feliz de nuevo (mentira), pero ya no lloro y me calmé. Gracias tío por dejarme temas de Alanis Morriset que me hicieron algo de bien].

Estoy a una estrella de robarte el corazón;

lunes, 2 de agosto de 2010

¿Intentaste volar sin alas? yo sí, me caí y me raspe demasiado

que lloré por un tiempo,

pero levanté rumbo,

seguí y nadie me freno,

ni el hecho de

no tener alas.