Venía de comprar facturas, estaba vestida como un chico con un pantalón cagado, con una camisa grande de hombre, un gorro negro que uso yo y me sostenía todo el pelo, en pocas palabras parecía un hombre en pinta. La gente me miraba muy raro y una de esas escucho un;
- disculpame, vos que estás en esa onda de los piercings y los tatuajes ¿sabés dónde hay una casa de tatuaje?
Muy fachero al hablarme así, y tenía un carrito porque estamos en la zona de Once, o sea, es villero (lo digo esto aproposito) y me puse colorada e indirectamente lo mandé a volar y le dije;
- sí, acá a dos cuadras.
- ¿por esta calle?
- Sí.
Seguí de largo, pero no terminé mi oración. Le quise decir que tenía
No hay comentarios:
Publicar un comentario