¿Quién te va a frenar y sacar esas ganas de matar?
Dejá de hablarme, me muero de amor.
¿Nunca quisiste que la tierra te trague? Sentí una humillación por todo mí ser y de nuevo esa risa de mi mente diciéndome: “te lo dije” y acá, en la estación del fin del mundo esperando al tren de la muerte, saqué de mi bolso un libro y me senté en el pavimento del suelo de la vida y empecé a escribir estas pocas palabras de adiós.
Esperé una hora, nadie nunca me llamó. Nadie notó mi ausencia. Esperé un alma por acá, y la boletería estaba cerrada, estaba más sola aun. Miré a los dos lados de los lejanos, no encontré nada, no encontré a alguien, alguien como yo. Es feo sentirse así de vacía, sin nadie a quien ocurrir más que a mi pobre libro que esta harto de tener que lidiar con una loca desquiciada, mi libro pide a gritos ser leídos por buenas manos. Quiero que el tren llegue, siempre dijeron que el tren pasa una vez en la vida en la mía jamás pasó. Quiero que me lleves a otro mundo, a otra realidad en la cual no sufra y no sienta, quiero ser un pedazo de cielo para poder salir de las ruinas de mi propio palacio. Sentí el pecho fuerte y escuché una locomotora a lo lejos, era mi tiempo yo también me tenía que marchar. Me eleve con el viento, sentí como mi cuerpo se convertía en agua y en un cerrar y abrir de ojos, el tren estaba ahí con las puertas abiertas para mí. Tiré mi libro en el piso del pavimento y miré atrás para ya no volver, para no sentir, para ser un pedazo de cielo.
Tuve un momento en el cual estuve mal como toda persona y pensé que era el fin del mundo, tuve un tiempo en el cual me cortaba los brazos hasta no poder más y tuve un tiempo en el cual quise hacer las peores locuras que jamás pensé que tendría ganas de hacer. Tuve un momento como toda persona, en la cual hay un poco de desorden y orden. Pero hoy, soy totalmente diferente (no sé si tan así, pero mejorando), intento reparar las fallas en mí y mantener un equilibrio, algo que me centre y me mantenga firme. Hoy (tipo cinco de la tarde), venía del supermercado y vi a un discapacitado, con una pierna deformada (por cierto, no tenía la otra pierna) y me sentí tan mal. en mi mente me dije: “gracias que tengo piernas, brazos, ojos, escucho, hablo y soy sana”, y vine pensando lo que un día un amigo me dijo, que cortarme es una forma de decir que no quiero estar bien, es una forma de expresar que hace faltar no tener ninguna parte del cuerpo para saber lo que es no tener y tener sin valorarlo.
Me siento tan frustrada por haber sido así hace un tiempo atrás (digamos, un mes atrás), pero cuando llegué a mi casa, me encerré en el baño y abracé a mi cuerpo de todas las formas posibles y me sentí tan bien, que prometo no volver a auto flagelarme.
Gracias amigo por decirme eso hace unos cinco meses atrás. Me ayudaste a abrir los ojos.
* ; Otro tema que me logra sacar de casilla de la sociedad de hoy en día: vas caminando por la calle y obviamente, está lleno de gente (claro, vivo en Once. Es un caos, un mundo de gente) y yo a veces vengo tan cargada o quiero llegar rápido, y las viejas esas paquetas que se la dan de importante que caminan más lento que una tortuga y que te ocupan toda la calle, me dan ganas de putearlas o de empujarlas. Me da bronca tener que esperar el paso de los demás, o que se corran a un costado y que no nos impidan el paso a nosotros. Te ven cargada con tres gaseosas de tres litros, con leches, y con más cosas y ni el mínimo respeto te tienen, y pasan, te ocupan todo es como si te lo hacen aproposito o si no, cuando hay un lugar que solo pasa una persona y pasa a tortuga y vos decís: “dale mi amor ¿te ayudo a cruzar?”, bueno, así me hacen sentir las viejas. Pero me sacan cuando estoy llena de bolsas.
La típica: “soy más grande de lo que parezco” sí, te gusta hacer el ridículo. La típica flaca que no sabe llenar los vasos vacíos de otra persona, la típica flaca que apenas puede con ella misma y su odio tan estupido. No soy la más y ni la menos indicada para decirlo pero, el infierno va a estar encantado de tenerme a mí como su servidora, el cielo va a estar infeliz y todos van a vivir, tranquilos. No logro saber qué quiero o que no, ni el por qué de mis actos (claro, soy una nena, para otras, una niña) pero debo ser más conciente, todos actuan irracionalmente, sin pensarlo somos humanos, me siento tan tonta, tan nena y todo lo que logro, lo tiro en un momento. Alzo cuatro paredes hermosas, con pinturas y las tiro como si nada, viene un viento de mi mente y las derrumba, todo lo que logro, se va al carajo. Y no es que soy pesimista, es cierto.
Lo que fabrico, yo mismo lo destruyo. Lo que creo, yo mismo pierdo. Lo que quiero, yo misma lo fastidio. Y es así, todo sigue mal por casa mía, tiro cuadra paredes nuevas para poner esas paredes negras, que me dejan encerrada como una anormal y extraña niña de catorce años. Y de nuevo la pregunta que siempre me hace una amiga “¿por qué lo más lindo me hace llorar?” ahora me pongo en sus zapatos y digo, tenés razón flaca, tanta razón que me cegó, tanta razón que me llena de bronca conmigo misma.
¿qué tienen un par de ojos cafés? ¿qué tiene una mirada simple y vacía? qué tiene la primavera que no tenga el invierno? ¿qué tiene el viento que no tiene la calma? ¿qué tiene la ilusión qué no tenga el corazón¿qué tiene la felicidad que no tenga la tristeza? ¿qué tiene el miedo que no tenga la alegría? ¿qué tiene tu enemigo que no tengas vos? ¿qué tiene la mariposa que no tenga el caracol? ¿qué tiene el café que no tenga una buena taza de chocolate?
Los treintas días de promesas expiraron, los vientos calman y las aguas callan. El frío se va y el calor empieza a penetrar sobre mi piel, las flores más hermosas florecen y las nomeolvides van quedando atrás. Me dijiste que subías por escaleras angostas e inclinadas que quizás por eso, tu viaje sería de esperar. Hace treinta días espero tu regreso, hace treinta noches que te llamo a través de la estrella, hace treinta días que cierro los ojos en lo más alto de la colina y espero escuchar tu voz y sentir tu calor en la noche, al lado de mi cuerpo vacío y con ansias de vos. Esperé en sordo un llamado tuyo, desde el universo y especialmente a mí, dedicado con amor pero no hubo caso, en treintas días jamás apareciste, jamás supe de vos.
Sí, flaca te quería un montón. Gracias por demostrarme que vos no haces la diferencia.
Ahí, ahí hay algo raro. Rarísimo.
Siempre está la típica flaca que se cree más que vos por “su edad”. La agrandadita que dice “yo tengo la razón por tener dos o tres años lustros mayores a vos”. Es la típica insegura de si misma que dice eso para intentar caer bien o tener el dominio de la situación. Siempre está el típico flaco que te dice: “ay, pero vos no sabes por todo lo que yo pase” mientras que más lo conoces, más decís, sos un nabo. Siempre está la típica flaquita de catorce años o doce años que dice: “sí, yo sé leer” y por eso, se cree viva. Siempre está el típico nene de dieciochos años que dice: “yo sé más que vos, la edad me lo dice”. JOYA. Todos son mayores (menos yo) y no es una cuestión de que quiera crecer, porque no me interesa ser una vieja. Pero, siempre está la típica flaca/o que te va a querer llevar por encima solamente por el hecho de ser un año menor o dos. La mayoría de las personas de mi edad (o un año mayor y/o menor) somos inmaduros e irracionales, hay chicos de mi edad que me dejan pasmada frente a su inteligencia y capacidad, pero desde luego, los chicos de dieciocho años también son inmaduros e irracionales. Eso de “la edad y la experiencia de años determina tu madurez” tiene algo de razón, pero a veces no. No podemos comparar a una chica de dieciocho años que toda su vida vivió bien, nunca le faltó una zapatilla y siempre fue a colegio privado con todos los chiches y compararla con un chico de mi edad, que quizás la vida no fue justa con él, obviamente, en éste caso, la persona más capaz sería la más chica. Pero como así se revierte el papel, también los más grades son muy capaces. Pero esto de “rivalidad” de quién es mejor que quién, no tiene sentido.
Desde luego, que ésta disputa ha existo mucho antes de mi existir y seguirá siendo así. Pero no veo el sentido de esto. Espero que cuando yo tenga esa edad, no intentar comerme al mundo como otros/as intentan solo por tener unos añitos más, en fin, si creen que soy inmadura e incapaz por tener catorce años, alors nous, yo soy eso.
No soy la amiga de oro, no soy nadie tan solo soy Iara. Una vieja amiga que no soporta verte mal, que no soporta verte como te comes las ganas de llorar, lo que te pasa lo comprendo. Quizás no lo sentí antes, pero comparto tu dolor y tu angustia. Me hace mal, que estés mal. No lo puedo soportar pero tenes que saber que conmigo, siempre, siempre contarás.
Noté desde que te vi a la mañana, que tus ojos parecían perdidos. Noté tu mal estar y tu agotamiento corporal y quiero que siempre, que cuando quieras, tenes un hombro, una amiga y una hermana que te ama.
FUERZA!
todo mejorará.
Te amo, Loto.
(sábado, 29 de mayo del 2010. Karen, ojos tristes).
Te quiero un montón amiga, con todas las fuerzas del universo.
Le das alegría a mi vida, gracias por existir.
Dos intrusos entran a un bar en busca de una respuesta. Sin preguntar, se sientan en una mesa frente a la ventana que daba vista al puerto. El primer intruso, pide un trago (ninguno en especial) lo bebe y gruñe. El segundo intruso, pide un trago (ninguno en especial) lo bebe y sonríe.
¿Por qué el efecto en vos, siempre es distinto al mío?
¿Ahora querès saber que es lo que me jode?
Perdón, es tarde.
¿Ahora te interesa saberlo?
Perdón, te extraño.
¿Ahora pensás llorar por tus errores?
Te doy la mano, estamos igual.
¿Ahora querés vivir de vos?
Dame más risas.
Ahora no, lo siento. No.
Mas veo, mas veo, mas veo pero MÁS ME PIERDO. Más mata el miedo que la bronca.
MÁS ME PERDÉS, MÁS ME ENCUENTRO. Más te vas y más te extraño. MÁS, MÁS Y MÁS SE CONVIERTE EN JAMÁS.
Porque será que sea así “yo”, separado, “tú” pero jamás SE SUMA, JAMÁS ES MÁS. Porque dicen que siempre tenemos que estar todos juntos, porque yo digo que todo es una falsa. Porque dicen que tenés que ser feliz, porque yo digo no hay reglas.
Más me presionas y más para atrás regreso. MÁS Y MÁS.
Más te veo y más te odio, más te extraño y más te detesto, más me importas y más te morís en mí. Más pensas y más me extrañas.
Menos me queres y menos me valoras. Porque “vos” y “yo” jamás será. Menos te veo y menos te pienso. Me harto la idea de “no tener tiempo…”, me harta la idea del “buscar problema siempre”. Porque menos más menos es positivo, pero vos y yo, jamás encuadramos. Más extraño me siento y menos distante. Más extraño estás y pensás cosas que no son.
Lo siento, estoy siendo injusta con vos corazón, perdón.
Más lo repienso: “no puedo seguir siendo así”.
Más lo repienso: sos un forro de todas formas.
Más lo repienso: me cago en esa flaca hija de puta.
Más lo repienso: flaco, no me hables a la una de la mañana preguntándome cosas que sabes que no hago, deja de meterte en mi vida.
Más lo repienso: te extraño mi amor.
Más lo repienso: 2:12 de la madrugada. No puedo estudiar biología.
Mientras la noche pasa, dormís en tu cama y yo intento ser parte de tus sueños, de tus recuerdos.
Los días van a seguir pasando, y voy a seguir descubriendo que en algún momento determinado que todos te decepcionan. Por causas de dolor y sufrimiento, evitaré las partes que un denominado “intento llamar la atención, necesito ser yo”. Por causas de felicidad y decepción, evitaré contar un “yo soy madura, lo sé”. Evito, evito, evito. Me pierdo, te pierdo.
Son mis cinco motivos, son mis locuras y lujos.
Y escucho una voz ; “y no, no me arrepiento ¿sabés”. Digo lo mismo, y la voz esa se estrese en mi cerebro diciendo “no le temo”, coincido. Cinco dolores de cabeza, dos que amo, dos que sufro y uno que odio.
1: no quiero decir fue.
2: no las quiero, no las soporto, las desteto.
3: confié en vos, gracias por no tener cara si no que dos lados.
4: mejoré.
5: voy a intentarlo.
Me retiro a ver el sol de la forma de la cual se oculta de la noche, como yo me oculto debajo de una piedra.
Che, gracias mejor amigo. Vos sabés manejarme y calmarme. Nunca me decepcionaste, gracias.
Tengo una confesión:
Te detesto por todo lo que sos y te quiero por todo lo que fuiste, te extraño.
Y un poco de ritmo, Alanis me calmás. Merci, merci, merci.
Che tano, gracias por esa famosa frase; “En un futuro, vos sabes que voy a estar”.