Pintar un dibujo sobre tu regazo

me dijo a los oídos un poema que recitó desde adentro de su cajita lejana...

'pintar un dibujo sobre tu regazo,

darle una suave brisa a tus labios junto a los míos,

abrazarte y marcar tu cuerpo como un taslimán,

pinté tu rostro en mi vida y quedé marcado'...

él marchó a un país muy, muy lejano en busca del olvido. Un mundo en el cual el oxigeno era excaso y el amor no existía, sus canciones eran tristes y ya no recitaba poemas sobre su amor por el arte. ¿Tanto dolería el amor no correspondido? Tan solo se fue para buscar el olvido, lejos de mí. Un mundo para nada tenebroso lo esperaba con ansías para sacarle todas las lágrimas y llenarlos con otras emociones, aguardaba ser escuchado por otra alma cuando ese Mundo estaba tan desplovado porque la gente se daba cuenta que el amor es una sustancia indespensable para nuestras vidas y creada tan magnificamente e indiscutible que no podría defirnila como: 'amor'. Hace tiempo que no hablo con él, pero antes de irse pintó mi cuarto con una bella doncella con mi mirada según él y un caballero que la miraba desde detrás de un arbusto esperando para que ella se de vuelta y lo observé, que note su mirada enceguecida por su belleza. Tenía una piel de terciopelo la doncella, y un vestido de primavera y les caían unos rulos... Como a mí.

Todas las semanas me escribía poemas nuevos y me anticipaba su vida por los diferentes mundos, el otro día me contó:

'en el país de la alegría la gente me espanta, siempre me sonríen y me intimidan. Parecen muy buenos para ser ciertos'.

Él recorrió todos los Mundos que nuestros ciegos ojos nos permiten ver, su imagen era dibujada por un objeto reemplazado de una edición única. Era de ojos rasgados y miradas que prometían aventuras, sus manos eran fuertes y grandes, sus dedos anchos y para nada delgados, no era tan alto pero era apuesto de cualquier modo, su pelo morocho seducía hasta las flores de mi patio, su piel clara como el mismo blanco le daba un tono diferente al resto de los chicos. Él siempre estuvo enamorado de Ilusa. Ilusa fue el nombre que él le inventó a su amor eterno, nunca supe quién era pero me poneía bien de todas formas porque ella tenía muchas cosas en común conmigo pero Ilusa jamás le dio una oportunidad a su corazón que marchitaba por ella y latía solamente, por ella. Así que decidió irse, y me dijo que volvería algún día y que esperaba que Ilusa se diera cuenta de su amor, volvió. Cuando volvió según él, Ilusa parecía no haber entendido su mensaje. Me dejó un retrato del Mundo de las Alegrías, no parecía acogededor de hecho, me dio espanto. De nuevo, se fue y al regreso me confensó que solamente lograba extrañarla cada día más y que si Ilusa no se daba cuenta él iba a morir y descubrí que tenía un secreto que ocultaba, su tiempo se acababa y él agonizaba. Empecé a odiar a Ilusa, sentí ganas de buscarla para mostrarle el daño que le causaba. Pasaron los años y mi único amigo, parecía haberse esfumado por la eternidad, desesperación y tristeza. Cada día intentaba recorrar su rostro ingenuo y su belleza interna pero casi no recuerdo mi nombre, más de veinte años sin él, sin señales de vida.

Una tarde de otoño, me senté donde solíamos pasar nuestros ratos juntos y a escuchar la radio matutina, cerré los ojos y suspiré, los abrí y lo vi ahí con ciertas difilcutades al caminar, camino un par de pasos y se sentó al lado mio, sacó su pincel y empezó a pintar mi regazo, hizo una figura de un hombre murieron por amor. Me miró a los ojos, se acercó a mí oído izquierdo y me dijo: ' Ilusa, siempre fue Ilusa'.

Al otro día, me llegó una carta que decía:

'estimada Ilusa estos son los últimos votos que daré en mi vida, una vez, hace mucho una bruja me hechizó. Dijo que cuando me enamoraría, al largo de veinte años si no recibía amor de esa persona, no sobreviviría. Siempre fuiste ilusa, Ilusa. Te amé desde esa tarde sentados y pintando el dibujo sobre tu regazo'.