miércoles, 12 de mayo de 2010

Pocas veces en la vida se encuentra en alguien un amigo de verdad. El tipo de persona honesta y sensible que está ahi incondicionalmente, no es fácil de hallar.

No hace mucho tiempo te conocí a tí, una chica alegre y divertida en mi clase de gimnasia. Pensé "qué simpática", sin creer que podríamos llevarnos excepcionalmente bien.

"Hoy en día nos hemos visto ¿6 veces? ¿tal vez más? y siento que te conozco de toda la vida. Con lo poco que nos conocemos, he descubierto que eres una personita maravillosa y de buenos sentimientos. Hemos hablado casi nada y tenemos tanto en común que me cuesta creerlo.

Eres de las amigas que ya no hay, cada vez que veo esa cara de niña emocionada antes de abrir un regalo cuando sonríes tengo el extraño instinto de meterte en una cajita de cristal para que no te hagan daño. Sabes que no quisiera verte llorar.

Y óyeme algo niña. ME ALEGRO DE TENERTE COMO AMIGA. Cada vez que te caigas, quiero que sepas que conmigo tienes una mano que te ayude a levantarte. Porque, ¿para qué están los amigos sino?"



Simplemente, gracias.
Gracias, Nadia.
Te adoro.
Te quiero.
Gracias por estar siempre ahí, y cuidarme.




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