Y mi dolor no debería poseerlo mi cuerpo, mi venganza debería de agobiarlos. Mi dolor debería de ser condena, pero no, no es su condena y espero que no sea su felicidad aunque lo es. Son caras rotas y sin sentimientos, disfrutan de hacerme llorar y ocasionar mucho más que simplemente unas lágrimas y por eso me hago un refugio ante cualquier miedo que ocurra por mi mente, y por eso, cada uno de ellos pagarán de ocasionarme tanto odio y bronca. No lo saben, pero están más que marcados. No lo saben, pero harán ellos mismo su tumba y querrán pedir perdón. Arañarán las paredes de desesperación y quedarán encerrados en su dolor. Pretendo acabar uno por uno, aunque sean muchos y me tome una vida. Sé que están ahí, podré verlos e imaginar con tan solo cerrar los ojos que los tengo en mis manos y que de ellos, puedo hacer el juego que yo quiera. Y es así, puedo hacer que ellos paguen por todo lo que han roto. Es un tratado, es un juego, es mi vida en ruinas y es mi vida, tratando de enderezarse de nuevo.
viernes, 14 de mayo de 2010
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