viernes, 3 de junio de 2011

En algún micro-instante de la vida y en algún minúsculo lugar de la Vía Láctea se cuenta ésta historia de boca en boca, y yo no sé por qué... Una vez la luna se sintió sola e intimidada porque tenía muchas estrellas y ellas brillaban más y a veces, le enceguecían la vista y se molestaba. Les pedía al principio cortesmente que no molesten con su luz natural pero ellas les decían que no podían, que eran así de brillantes. La luna se preguntaba por qué siempre pasaba a ser el segundo plano, hasta que creció y se intentó acostumbrar a ser diferente y sin brillo natural. Las estrellas también crecieron y los días sin tareas se juntaban y salían, pero la Luna siempre guardaba su pena y nunca estaba invitada, pasaba sus ratos libres sola y así era todo el tiempo...
Su madre era una estrella más y la luna se sentía fría y vacía, sin historia y sin fin. Una tarde la luna se sentó en el infinito de un Cosmo a llorar, su madre se preocupó porque fue la primera vez que ella veía a su hija llorar, colocó la cabeza de su hija en sus piernas y miro a todas las estrellas reír de sus lindos momentos. Le acarició la cabeza y le dijo - Cuando te tuve, temía a que sufrieras lo que sería la vida. No te das cuenta que desde algún ángulo del abismo, ellas se ven todas iguales mientras que vos sos la más grande y la que sobresale. No te sientas mal por ser diferente, única y especial .- La luna la miró a su mamá con aprecio, contemplo sus palabras y dejo de hundirse en vacío. Al crecer, se dio cuenta que lo que le dijo madre era cierto, desde algún ángulo del abismo ella era la única que sobresalía y que aunque no tuviera brillo personal, tenía un papel importante en la vida de los otros ya que ella les permitía dormir tranquilos por las noches.


Aprobé geografía e historia, por lo menos la semana que viene tengo dos pruebas (de todas formas, tengo 8 pruebas en una semana). DESAPARECER.
Saludos

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