Marcos:
Me encontré con tu rostro frágil de porcelana el jueves por la mañana, en un sueño. Te abracé y soltaste de mí a los segundos. Romperse en llantos en estos días sin glorias no tiene sentido o mejor dicho, no es la desdicha que se espera para estos tiempos. Pude palpitar tus lamentos y te vi irte secándote la lágrima y supe que ya no eras la persona que alguna conocí o ¿verdaderamente conocí alguna vez el ser que habita en vos, o habitaba? Siento un 'desconozco' llegando de a poco en mi corazón, con ese adiós supe que otra etapa empezaba. Hasta vos lo sabías ¿y cómo no darse cuenta que semejante vacío implicaba reproches sin sentidos y desesperadas buscas de consuelo? Lamenté cada día de mis buenos tiempos por haberte querido porque entre todos los amores y las flores que nacen día a día, podría haberte dicho el poema más hermoso pero vos siempre te resistías ¿cómo amar a un ogro? ¿cómo logré quererte sobre todo con ese compromiso que no aseguraba un futuro junto a vos? Y dicen que eso es el amor, el amor inocente que algún día se va. Creo que la gente se equivoca, ese amor jamás se va; se esconde entre humo y homicidas, el amor florece todos los años a todo tiempo sin importa lugar, espacio y tiempo. ¿Y si me equivoco? Y... Es una posibilidad. ¿Quién tiene el valor de juzgar mis intesiones de comprender lo que no puedo responder? La gente se convierte en fantasma, la gente muere y se va. O no muere, pero igual se va. Como vos, como yo, como todos.
¿Y por qué sentimos esas ganas de 'escapar'? ¿me vas a decir que la rutina te tiene loco? Sí, a mí también. Y al vecino de seguro más que a vos. ¿Y con qué valor yo juzgo tu mal estar? Todos pasamos por cosas diferentes, pero vos, ¿cómo pudiste? ¿cómo pudiste irte de mi vida sin previamente despedirte de mí? Pero me dijiste que ya nada importaba, y yo te decía que el amor era libertad, me decías que el amor era la salida pasajera. Vos eras la salida pasajera.
Tomé el auto rumbo a tu casa, te vi con una minita pechugona y no podías mirarla a la cara. Ella te abrazaba con amor y rechazabas todos sus intentos de tocarte ¿pero vos no aprendés más? ¿tanto odio tenés? No todos somos como la otra persona, vos, rey del cielo te nublaste en gloria falsa. Te volví a ver cinco años después, estabas arruinado y enfermo; los puchos habían consumido tus hermosos dientes y tus ojos apenas se abrían. Ya supe ver que vos tampoco sos igual al pibito de ayer, 5 años amigo... 5 años rey del cielo...
5 años pensándote, ni un día respiré a olvidarte. ¿Esperé por vos o esperé a él?
13 de Junio: Día del Escritor.
ResponderEliminar¡Lo que se viene en tu futuro!
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